LA COMPLICIDAD DE LA NAVIDAD
Mientras continuamos debatiendo desde lo público la importancia de las celebraciones en estos próximos días venideros, seguimos cabizbajos, meditabundos ante las decisiones que debemos tomar cada uno de nosotros sobre la responsabilidad individual que nos toca. Horas de discusiones sobre medidas obligatorias, restricciones y demás cuestiones que nos alejen de la siguiente ola de esta pandemia que cambiará de año al igual que nosotros. Nadie debería minimizar lo poco recomendable de reuniones masivas y familiares. Al final hemos creado el gran drama mundial sobre la idoneidad o no de celebrar por todo lo alto estas fiestas entrañables que una vez al año nos hacen, como siempre, más amables y más felicitadores de lo habitual. Toda una demostración de amor inmenso que se olvida de sus orígenes y nos hace cómplices de cualquier anuncio navideño televisivo. Desde aquello de vuelve a casa, vuelve… hasta el convertirnos en elfos ante las puertas de cualquier gran comercio, coincidiremos en q