ENTRE PUÑOS DE PAPEL

 


Todos sabemos de la capacidad sobre nuestra propia conciencia para amedrentar al contrario a pesar de nuestras propias cuitas. En esta semana hemos vivido en directo y por fascículos mediáticos uno de esos culebrones a los que quieren acostumbrarnos esta endemoniada clase de políticos y administradores de la cosa pública. Retorcer los hechos para equivocar la realidad de ciertas ocurrencias parece haberse convertido en el deporte nacional de esta antiutopía del buen hacer colectivo. Hace una semana pensaba en la baja consideración que nos tienen con ciertas explicaciones diarias como si fuéramos descreídos de la percepción racional de la realidad. Damos por supuesto ese disimulo concienzudo de los aspirantes a ese gobierno público, y mucho más cuando estamos a las puertas de una repetitiva campaña electoral que pronostica la simpleza de mensajes para no complicarse mucho los tiempos. Sin embargo hay que reconocer que llevamos demasiado tiempo en ese periodo preelectoral, cansino y repetitivo, con mensajes demasiado huecos y simplones a pesar de la importancia de la coyuntura internacional que nos salpica a todos y en todo.

Como decía la política Indira Gandhi, “no se le puede dar la mano a quien permanece con el puño cerrado”, y de eso tenemos bastante. Esta legislatura pasará a la historia como la más chirriosa, gracias al ruido continuado entre los bandos ideológicos, bien orquestados entre floreros mediáticos donde agazapar el mensaje subliminal bien deseado de parte interesada. Pero por otra parte, también hemos visto cómo la posibilidad de ofrecer, pactar y conseguir los puntos de acuerdo eran una certeza para otra forma de hacer política y algo más que jugar a papel, piedra o tijera.

A pesar de ello, nos hemos acostumbrado a que nos ofrezcan la realidad de manera y forma grotesca, como la imagen del espejo de Alicia en el país de las Maravillas. De esta forma recibimos la retahíla de incertezas que siempre escalan un peldaño más donde nadie es capaz de reconocer la realidad cotidiana y, por tanto, la falta de fijeza sobre lo que nos debe preocupar en nuestra superación no solo como sociedad, sino como Estado.

La estrategia, tan arrimada a las redes sociales, ese inframundo que juega a universal pero que se descuelga con los bots de siempre, terminará desatando demasiadas incorrecciones y consolidará excesivas bravuconadas para un tiempo que necesita descansar tras unos años donde parecía que habíamos aprendido a superar lo inesperado frente a tanta certeza de lo que conocíamos.

Me reconforta saber que, finalmente, ensordeceremos de tanto ruido y agudizaremos la mirada responsable hacia nuestro alrededor para reproducir la realidad que nos acompaña a pesar de tantos puños cerrados que desacreditan el saber vivir con la bandera de la solidaridad y las manos abiertas a la esperanza de un mundo mejor.


Comentarios

  1. Nos han acostumbrado a la bronca y a que la razón siempre la tienen los que piensan como nosotros, pero esa no es la realidad, la realidad es que cada ser humano es distinto al otro, pero debe prevalecer el respeto entre distintos.
    Desde hace 10 años vivimos en campaña electoral constante, donde lo que se quiere conseguir es adoctrinar al otro en mis creencias sin pensar que es diferente.

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    1. Gracias siempre por tu lectura y, especialmente, por seguir comentando y compartiendo opiniones, querido Pascual.

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