LA AMENAZA DE LA IDENTIDAD
Reconozcamos que se nos va a quedar este meridiano anual con una sensación de actividad pública y colectiva que parece llevarnos a una espiral de cambios y recambios sin fin. Y, verdaderamente, empieza a notarse una cierta extenuación a la hora de chequear demasiados titulares que tienen las horas contadas en el mismo día. Las citas electorales, las campañas propias de los diferentes estrategas políticos, la geopolítica externa incesante… demasiados hemisferios para centrar una visión homogénea de nuestra propia realidad. Y si pasamos a la parte analítica de la actualidad, es incesante el sentimiento de contradicción y especulación que, en lugar de aclarar posiciones, nos entretiene en un facilón diagnóstico de parte donde descansar nuestra propia conciencia. Hace tiempo que parece que nos conformamos con recibir la dosis diaria de argumentarios que nos abaraten la obligación de conformar nuestro pensamiento crítico de acuerdo a ese imprescindible aprendizaje ético e ideológico en l