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Mostrando entradas de noviembre, 2023

LA GREGUERÍA DE LA SERPIENTE

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  No podíamos acabar mejor de como iniciamos este noviembre, que siempre se nos hace demasiado largo, para recibir ese invierno certero. Un tiempo que encoge algo de recuerdo y repara en que aún queda la luz del fin de año. Para nuestra actualidad, noviembre deshoja muchas historias perennes de nuestra propia crónica y repara alguna que otra disidencia donde abrir caminos intrépidos, por aquello de que siempre nos quedará la navidad para intentar reconciliar. Lo decía Platón: “la civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza” . Nada nos ha salido bien cuando hemos empuñado la corpulencia ideológica ante las relaciones sociales. Nada hemos avanzado con el armamento bélico donde siempre gana el que acumula las balas. Y nada nos servirá para superar esta nueva teoría comunicativa del y tú más. Hemos escuchado muchas veces esa hipótesis de saber dónde estamos observando a quienes tenemos enfrente. Y como cualquier conjetura, ya se han preocupado de tildar esa propuesta de r

LA NIÑA BONITA

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  Recordaba estos días, en este tiempo insondable de soluciones, una frase que corretea por las redes sociales y que se atribuye a Albert Einstein : No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos. Y, ciertamente, en algún momento de nuestra vida hemos tenido que retroceder un paso para perseguir una nueva perspectiva en este camino siempre tan lleno de dificultades. Algo así considero que estamos protagonizando la mayoría de esa voluntad popular a la que tanto se apela en tiempos convulsos, pero que se le da la espalda cuando convienen otros albedríos. Entre un intenso ruido exterior donde se han unificado banderas, muñecas hinchables y rosarios, una nueva legislatura comienza su andadura con demasiado rechinar de dientes. Siguiendo la perspectiva de la línea del tiempo, deberíamos comprender que, dejando a un lado nuestra obstinación ideológica, entramos en acción en esta legislatura número quince. Y, paradojas del destino, este nuevo gobierno ser

EL ABRAZO DEL OSO

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  Reconozcamos que no vivimos unos tiempos especialmente lúcidos con la escaleta vital de esta existencia tan dolosa socialmente. Pasamos diariamente las páginas de nuestra historia con cierto desprecio de lo que se cuenta y de quien nos lo cuenta. Nos envalentonamos con las migajas de los estereotipos para creernos en la sabiduría maximalista y facilona. Y retrocedemos los pasos para seguir inoculando el cabreo por aquello de seguir volando por encima de las cabezas de los otros. Así termina una semana repleta de esas concentraciones esbeltas de virtuosismo y tan avaladas por todos a partir de la libertad de expresión tan propia de nuestras democracias. Una expresión que no siempre responde a la libertad inclusiva que validaría nuestro pensamiento constitucional. Muy al contrario, expulsa de la triada a quienes deslomamos con el griterío del insulto y la codicia del pasado. Ya lo explicaba el escritor uruguayo Eduardo Galeano señalando que “confundimos la libertad de expresión con la

LA RECONCILIACIÓN DE LOS TIEMPOS

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  Decía Mark Twain que “el perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la aplastó”. Hermosa dicotomía entre el dolor y la fragancia que nos deja a nosotros mismos como responsables de la imprescindible reconciliación con nuestro tiempo. Mientras entretenemos los hechos entre especulaciones de igualdad y desdén, empezamos a compartir demasiada estopa para este país que siempre blinda en demasía la intolerancia y el agravio como tinte de desprecio. Reconozcamos que somos campeones en retorcer conceptos y enseñanzas para debatir desde el ombligo las obligaciones y derechos que tanto embellecen la teoría, y en la práctica quedan olvidadas entre la métrica del partidismo de turno. Como en la mejor campaña de marketing, nos persigue un tufillo de sabedores de futuribles dejando la racionalidad de lado y experimentando la insaciable necesidad de los sentimientos para alardear, una vez más, del mejor thriller de posverdad. Tanto es así que, sin contemplar estrenos inminentes

PARTIRSE LA CARA O LA VIDA

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  “De pronto, se produjo una extraña circunstancia de esas que determinan el destino de las naciones, porque cuando una multitud pierde el miedo a un ejército, el mundo cambia”. Así lo expresaba Salman Rushdie en “La encantadora de Florencia”, por ese indomable movimiento social que, de vez en cuando, alimenta las historias de todos. Siempre es necesario un pequeño corpúsculo de conciencias que abaraten la movilidad de las responsabilidades individuales para reafirmar que las minorías pueden abanderar esas mayorías silenciosas que acumulan rabia y descrédito de su presente. En esa espiral diaria, siempre tan activa para acallar y pasiva para el hacer, simplificamos tanto el discurso que hasta somos capaces de desacreditar a los de siempre que ponen su cara y su vida en la defensa de eso que llamamos pluralidad social. Entristece comprobar que desde las atalayas de los micrófonos con más cuota de pantalla ridiculicen, entre sonrisillas de desprecio, a quienes toman nuestras aceras por

EL PRAGMATISMO DEL MIEDO

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  Decía William James, filósofo estadounidense de finales del siglo XIX, que “si estás lo suficientemente preocupado por un resultado, posiblemente harás algo para solucionarlo” . Una aseveración especialmente pragmática en estos tiempos de excesiva dicotomía entre lo bueno sin demostrar y lo malo cercano a lo criminal. Demasiado think tank con el que empoderar a muchos expertos que intentan unificar el pensamiento entre corsés de sabidurías exclusivas. En español, ese tanque de pensamiento se adueña últimamente de demasiadas dicotomías que antes eran diversidad y hoy es un peligro constante. Y en ese laboratorio andamos encaminando la estupidez de la radicalidad en ese pedante exclusivismo de las razones. Un repertorio diario de enemistad con lo diferente por aquello de acallar al contrincante desde la atalaya del supremacismo de casta. Algo que ser repite desde la historia de los tiempos y que, a pesar de sus debilidades, resucita sus estirpes en estos días de excesiva ira concentra