ENTRE PUÑOS DE PAPEL
Todos sabemos de la capacidad sobre nuestra propia conciencia para amedrentar al contrario a pesar de nuestras propias cuitas. En esta semana hemos vivido en directo y por fascículos mediáticos uno de esos culebrones a los que quieren acostumbrarnos esta endemoniada clase de políticos y administradores de la cosa pública. Retorcer los hechos para equivocar la realidad de ciertas ocurrencias parece haberse convertido en el deporte nacional de esta antiutopía del buen hacer colectivo. Hace una semana pensaba en la baja consideración que nos tienen con ciertas explicaciones diarias como si fuéramos descreídos de la percepción racional de la realidad. Damos por supuesto ese disimulo concienzudo de los aspirantes a ese gobierno público, y mucho más cuando estamos a las puertas de una repetitiva campaña electoral que pronostica la simpleza de mensajes para no complicarse mucho los tiempos. Sin embargo hay que reconocer que llevamos demasiado tiempo en ese periodo preelectoral, cansino y r