PARÉNTESIS Y PUNTO SEGUIDO

 


Vamos completando las diversas fechas repletas de esos buenos tiempos pasados donde deseábamos volver desde hace dos años. Nos hemos sobrepuesto a los malos augurios del otoño próximo y hemos enfundado la mochila a la espalda y hecho lo que mejor o peor teníamos programado. Debo reconocer que me siento bien, a pesar del follón propio callejero, de volver a escuchar las algarabías propias de ciudades repletas de turistas y regresar a los caminos rurales donde encontrar a la familia y las verbenas de la infancia. Parece que todo regresa a pesar de tantas incógnitas y demasiadas dudas. Tal vez de lo que mejor hemos aprendido es que la vida no regresa a ningún punto de partida, que lo que se vive ahí queda y lo que no, se volatiliza en la irrealidad del tiempo. Tanto es así que para llegar a uno de esos puentes festivos que tanto gustan en nuestro país, y más en verano, la retahíla mediática ha concluido con un mutis por el foro y repara en sus gentes que siguen sonriendo al sol que mejor nos calienta. Y creo, sinceramente, que hemos acertado. No sería muy apropiado desenfundar demasiada preocupación para un momento tan limitado como las vacaciones y sus semblanzas. Un paréntesis que sabe a recuperación no tanto material pero sí de sensaciones plenas apaciguadas con esos suspiros que se dejan susurrar al lado del mar o bajo la sombra de esos pocos bosques que aún nos quedan. Por unos días el balance es para nosotros mismos, donde jugar a barquitos de papel que se puedan llevar el tiempo perdido y la incertidumbre tan vulnerable de la vida. Tanto es así que las artimañas por generar esas serpientes informativas tan propias de los sofocones de agosto han regresado sigilosamente hacia su escondite a la espera de una mejor oportunidad. A pesar de todo, seguimos mirando con el rabillo del ojo aquello que regresará en septiembre. Retomaremos la retaguardia del mensaje del que algunos siguen haciéndolo propio, aunque nadie les entienda muy bien. Haremos balance de ese regreso a una normalidad que ya no es tanto, pero que intentamos repetir por aquello de que quien insiste lo consigue. 

Así que por unos días cerramos el cuadernillo de repensar las semanas y jugar la partida con quienes siguen buscando demasiados peros sin apostar por las ideas y el compromiso con la veracidad. Quiero pensar que cualquiera de nosotros, como siguen tarareando Los Secretos, hemos podido soñar “en otra vida, en otro mundo… pero a tu lado”. Es cuestión de mirar y reconocer que, entre todos, nos necesitamos acompañados. Y continúen con el estribillo, “ayúdame y te habré ayudado”… Porque en el punto final, sigue tratándose de lo mismo.



Comentarios

  1. Hola Sara.
    Como observo en tu artículo de esta semana, estas disfrutando de unos merecidos días de descanso por lo que me limitare a desearte que lo pases muy.
    Un abrazo.

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