AGÓN
Decía JFK que “no podemos negociar con aquellos que dicen, lo que es mío es mío y lo que es tuyo es negociable”. Sin duda, el arte de la negociación ha sido siempre imprescindible para las grandes batallas de este mundo, que por viejo sabe más que por diablo. Nuestro país sigue crujiendo entre el freno al desastre sanitario y el pozo sin fondo en el que parece seguir ahondando esta economía tan nacional, que siempre espera hasta el último momento en su inmovilidad de cara al futuro. El actual artisteo político que tenemos sigue recabando los mismos tics de parcialidad en la que anudan las razones, sus razones, basadas únicamente en lo contrario por serlo, sin más. Para ello siempre contarán con los altavoces bravucones de quienes ronronean diariamente en eso de crear la opinión pública de la totalidad. No hay mejor encabezamiento para el argumentario actual que la tal mayoría de todos, como un ente cúbico donde nos introducen en ese pensamiento unilateral para echarle una mano al