CON UN LIBRO BAJO EL BRAZO
Coincidir un 23 de abril para escribir una columna de opinión tiene su especial esencia humanista. Un regalo para repartir, entre palabras más o menos acertadas, la esencia de pensar, reordenar y relatar esa necesidad de reflexionar sobre nosotros mismos y, especialmente, lo que nos rodea. Y en esa reflexión imperativa siempre aparece aquello acuñado por Kant, que “vemos las cosas no como son, sino como somos nosotros”. Una certeza sobre lo que pensamos y exhibimos en eso que llamamos la opinión pública. Y a pesar de tener tan claro y evidente la consideración kantiana, nos esforzamos por rellenar la individualidad personal con el indomable efecto mayoritario que siempre olvida las diferencias y aúpa demasiados estereotipos de lo que somos. Parece que en un tiempo en el que siempre nos viene mal la lectura y la diversidad de opiniones, rezuma esa inquietante palabrería que apunta a la estupidez del enfrentamiento de posiciones para olvidar esa medianera donde apoyar todas las difere