RECOPILANDO CERTEZAS
Levantarse por la mañana con el chasquido del agua en la barandilla del balcón, recela en mi mente la necesidad de recordar que siempre volvemos al tiempo estable de las costumbres. Llevamos meses con la incertidumbre de esa sequía que iba elevando la posibilidad de dejarnos los grifos sequitos de esa cotidianidad que nos acerca más a los autómatas que saben simplemente más de acciones mecánicas que de entender de dónde venimos y a dónde vamos. Así que hay días que la naturaleza relaja los menesteres cotidianos y hasta nos deleita con algún que otro suspiro de tranquilidad. No es poca cosa en estos tiempos darle importancia a todo aquello que presuponemos como certero y seguro para revisar un poco sobre qué seguimos haciendo a pesar de todo. Día a día conectamos con los horarios que reconfortan la factura de la luz como quien mira el tiempo que vamos a soportar en nuestra jornada diaria. Mientras tanto, recuperamos la información económica para intentar saber si al año que viene