LA BANDERA DE LA CONTRADICCIÓN
Es cierto que se ha puesto de moda este apunte diario sobre las contradicciones del contrario. Repartir estopa analizando la frase dicha en el minuto de oro que regresa al presente como una ametralladora contra la gestión de unos y la vigilancia corporativa de la oposición al gobierno. Una estupenda farándula dialéctica que sirve de ideario común entre bandos para el deleite de quienes nos aseguran velar por la verdad en sus informativos. Hay que reconocer que el trabajo a realizar se promete demasiado facilón para asegurar cierta destreza con los temas que realmente nos afectan e importan. Y tanto es así que el nivel de exigencia comienza a flaquear y cualquier réplica nos sirve para hilvanar tanto descosido social. Una acción de riesgo que dificulta la solución de problemas desde la empatía social. Empiezan a ser más importantes los quienes que el qué y con ello, somos capaces de llevarnos por delante cualquier indicio de verdad o falsedad. Referenciamos mucho mejor los macroapelativos que los esfuerzos positivos que siempre tienen su vanguardia en el bien común.
Nada se parecerá a nuestro pasado. Los errores que siempre aparecen en la sombra de nuestra historia lo hacen con el velo oculto del presente novedoso. Será por ello que pocas veces somos capaces de identificar los desaciertos que sufrimos y que formarán parte, nuevamente, de nuestra memoria, frágil en los hechos y resistente a excesivos sentimientos. Mientras tanto, los necesitados de medidas urgentes seguirán lidiando con la contradicción de quienes apelan a seguir salvando demasiadas banderas.
La contradicción basada en datos es constructiva, pero cundo se basa en indultos o falta de respeto es destructiva. No espero nada de quienes efectúan contradicciones sin antes haber analizado si su actitud no contradice el bien general.
ResponderEliminarGracias Pascual por tu comentario. Desgraciadamente lo que dices se repite todos los días. Así no va. Un abrazo
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