LA CEGUERA
Me recordaba un amigo aquella reflexión de Saramago sobre el dicho tan recurrente del pasado que pasado está y que calificaba como falso porque “ciertamente, el pasado no pasa nunca, el pasado está siempre, somos memoria de nosotros mismos… somos la memoria que tenemos”. Una reflexión intensa sobre la verdad de lo que seguimos siendo. Tanto es así que lidiamos diariamente con ese presente que rodeamos con demasiadas esperanzas, y al final se convierten en demasiadas cajitas de Pandora para dejar en el pasado otra nueva decepción. Con la entrada de este tiempo cada vez más cercano al invierno, debo reconocer que se quedan demasiadas luces de gas para reponer constancias positivas a ese futuro que apostamos en exceso. Durante esta semana quedaron casi en tablas con las nuevas medidas sobre el cambio climático y sus consecuencias en nuestro planeta. Algo tan importante para nuestra existencia que no ha ocupado ni un solo primer titular en esta agenda de la actualidad. Mientras tanto, n