CONVERSACIONES CON LAS ABEJAS
Leía esta semana que las abejas, ese bichillo tan común entre nosotros, había sido declarado como el ser vivo más importante del planeta. La verdad, no es ninguna noticia reciente. Fue hace casi un año cuando en el último debate de la Sociedad Geográfica Real de Londres y el Instituto EarthWatch hacían suya aquella cita atribuida a Albert Einstein sobre que “si las abejas desaparecen, a los humanos les quedarían cuatro años de vida”. Cualquiera diría que la miel que ellas producen fuera tan imprescindible para sobrevivir. Casi sería la consecuencia simple en este mundo de efectismo productivo que nos prioriza en este andar incansable. Evidentemente, la naturaleza tiene otros objetivos y, por supuesto, el valor de este insecto se encuentra en otros quehaceres tan ciegos a nuestros ojos como es la inigualable contribución a la reproducción de todas las plantas del planeta. Reflexiones como ésta se llevan haciendo desde hace décadas, sobre la importancia de respetar este entorno que no