JACQUES EL FATALISTA
Cuenta el enciclopedista francés Denis Diderot en su Jacques el fatalista, que "por grande que fuera la miseria de la gente pobre, sin tener pan para ellos, todos tenían un perro porque todos queremos mandar sobre otro". Así concluía nuestro pensador del siglo XVIII, jugando siempre entre la razón y la sensibilidad, para recorrer el camino hacia los descubrimientos del cómo de las cosas. En la actualidad parece que nos encontramos en un cruce de caminos donde nos explicamos muchos porqués sin detenernos a evaluar esos cómos, esas formas que nos llenan tantos y tantos titulares diarios, sin precipitar nuestra curiosidad hacia el fondo. Este país, tan cercano siempre a los buenos puentes de descanso semanal, nos deleita con informaciones variopintas que buscan también su asueto vacacional para quedar olvidadas en el desdichado lunes con la vuelta a la normalidad. Demasiado tendremos que preocuparnos para regresar al trabajo, al horario machacón de cada día, para recordar