UN PAÍS DESDE LAS ENTRAÑAS
A este país nunca le sientan bien las conmemoraciones. Pienso que debe estar justificado en la falta de respeto hacia nuestra propia historia, a nuestra impronta, tan torpe por nunca mirar hacia atrás para comprender errores y aciertos de tiempos pasados. Y esta semana tuvimos conmemoración y bochorno social. Era muy probable, cuando lo sufrimos día a día por el incumplimiento de una ley de memoria histórica que sigue siendo elemento discrepante entre nosotros. A cuenta de los 20 años del terrible asesinato de Miguel Ángel Blanco, hemos tenido nuestra dosis de estupidez y de batallitas de salón. No quiero recordar como viví personalmente aquellos días. Cuando personalizamos tanto los hechos históricos, perdemos parte de la memoria colectiva. Creo que ese es el gran problema que tenemos. Hoy casi todos los que hablan repiten las mismas lágrimas y los mismos recuerdos. Nos quedamos con el nombre propio y olvidamos a quienes teníamos en la calle. Que, contra el silencio de un gobierno a