SUBESTIMANDO LA ESTUPIDEZ

Mientras esperamos el paso azulado del día más triste del año, hay que reconocer que alguna que otra fantasía bien medida resurge con buen ánimo en este tiempo donde la conspiración continúa atravesando esa fatal transversalidad que parece llegar a todos los aspectos de esta vida, unas veces amable y otras demasiado atribulada. Decía el escritor argentino Adolfo Bioy, en su diccionario exquisito, que “El mundo atribuye sus infortunios a las conspiraciones y maquinaciones de grandes malvados. Entiendo que se subestima la estupidez.” Y es que se nos hace más fácil confabular entre teorías enigmáticas, donde se acelera la creatividad de patrañas embarradas, que esforzar nuestra mente en la probatoria de los hechos y en la ayuda inestimable de quienes estudian en silencio el quehacer diario de nuestro tiempo. Un tiempo demasiado cercano a la autocomplacencia por la comodidad de seguir sentados en nuestro lugar de confort, donde nos tragamos lo que sea necesario, y seguir respingando...