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Mostrando entradas de enero, 2025

LA VIDA Y EL TIEMPO

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  Reconozcamos que la vida y el tiempo son los mejores maestros en esta existencia que a veces se hace abrupta y en otras ocasiones parece que se desliza con la apariencia de placidez serena. Si lo pensamos bien, la vida necesita del tiempo para reflejar cada una de las tramas personales y colectivas que inundan nuestra existencia de objetivos y abundancias para colmar eso que llamamos una existencia plena. Pero el tiempo también necesita de la vida para seguir circulando a contrarreloj contra sí mismo, donde nunca perece pero siempre pasa. Comenzar un año es algo demasiado concreto para repudiar lo pretérito y abandonarnos con lo que pueda llegar. Por ello, a pesar de tantos ritos ancestrales y modernos, el tránsito de una nueva anualidad queda ensimismada con la fragilidad del brindis y la diversión bien justificada que nunca sobra. Será por ello que la reflexión siempre viene en ese primer día del nuevo año. En ese silencio de las calles que saben a la nocturnidad extendida pa...

UN ROSTRO AMABLE POR NAVIDAD

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  Decía Leon Tolstói, en su “Guerra y Paz”, que “no hay grandeza donde falta la sencillez, la bondad y la verdad”. Grandes virtudes para acercarlas en este tiempo que, aunque sea una vez al año, nos deja esa oportunidad para la reflexión más acunada de esperanza. Es difícil perseguir cierta serenidad con este estercolero en el que se ha convertido la inmediata actualidad que tanto nos repliega a la exageración, a la hipérbole como bandera. Poca sencillez argumental, donde se apuesta más por la conspiración y el complot de los supuestos enemigos de la patria con el afán de vendernos la mayor de las conjuras de todos los tiempos. Una sutil manera de ganar adeptos sin necesidad de apostar por la certeza de la propuesta y la solución, por aquello del bien común y comunitario.  Un terreno que ganaría calidad frente a la desinformación y la falta de verdad que desangran lo más preciado de una sociedad sana como es la confianza en la fidelidad técnica de los hechos y que abrazan al ...

EL ALMA SIN CULPA

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  Reconozcamos que hemos asumido con cierta dejadez ese impropio victimismo de los seres sin alma. Esa actitud que nos desalienta de la enseñanza crítica sobre nosotros mismos para así dejar de asumir nuestra particular responsabilidad personal sobre todo lo que nos rodea. Seguimos picando piedra en ese exhibicionismo diario en el que, bajo el envoltorio de las relaciones socio-digitales, dejamos nuestra huella cual nuevos eruditos de la filosofía vital. Y de esta forma tan descompensada continuamos haciendo el caldo gordo a esa nueva actitud de justificación infinita, por aquello de excusarnos para lanzar la responsabilidad al contrario. Ya lo decía Concepción Arenal: “cuando la culpa es de todos, la culpa es de nadie”. Y si revisamos los dossieres mediáticos, acertamos con esa posición, nada novedosa pero sí muy efectiva y efectista. En este nuevo juego político, la estrategia es simple y facilona para desviar la atención sobre la imprescindible crítica a la responsabilidad del ...

EL EMBELECO DE LA EVIDENCIA

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  Decía Almudena Grandes en su lector de Julio Verne que “ Sólo sé lo que dice la gente, pero eso no siempre es la verdad ”. Un aprendizaje del pequeño Nino que sigue vigente en cualquiera de nosotros a pesar de la superaci ó n de la máquina de escribir y los borrones de tinta. Hemos comprado demasiados mensajes que siguen apelando más a las tripas que a la esencia de los datos, por aquello de instalar un a linde que proteja de la capacidad de comprender y entender. Excesiva celeridad líquida en este escenario informativo que se diversifica de acuerdo a la necesidad impresionable del momento. Seguimos anhelando el ruido caótico para contentar nuestro ego personal y recibir una palmadita en el hombro con la que avalar nuestra destreza en la verdad que más nos apetece. Desde h ace ya bastante tiempo que venimos asumiendo cantidad de presentes promet edores de unos futuros que añoran, sin darnos cuenta, tantos pasados que parecían denostados en la necesidad de que nunca v...

LA CRUZADA EUTÓPICA

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  Decía Laura Esquivel en su arrolladora ley del amor que “Es muy fácil detectar el desorden en el mundo real y tangible. Lo difícil es encontrar el orden de las cosas que no se ven”. Y tal vez sea ese orden tan difícil de encontrar el que nos desliga diariamente de este mundo, que en principio es tan real y tangible. Estamos a pocos días de renombrar, como cada año, nuestra particular esperanza para comenzar a declinar este tiempo limitado entre una anualidad y otra. Comenzaremos a refugiarnos de los días ya pasados, donde quedarán muescas de penas y alegrías para alentar ese futuro que siempre provoca la ansiedad de lo no conocido. Por su parte, nuestros representantes políticos han iniciado su final de medio curso con su fiesta constitucional, donde cada uno teatraliza su guión de acuerdo a sus propios principios y ante la mirada atenta de nuestra ley materna que tanto redime la estrategia de cualquier esquina ideológica. Nos es fácil localizar demasiados desórdenes actuales qu...

EL GUARDIÁN DEL ABISMO

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  Decía Joseph Campbell en El héroe de las mil caras , que “en vez de limpiar su propio corazón, el fanático trata de limpiar el mundo”. Una hazañosa actitud que deambula en este tiempo ingrato de escepticismo social. Un magma impregnado de la mitología de siempre, donde se corre el peligro de abaratar ese esquema del monomito ante cualquier reclamo a la aventura del héroe. Consideremos que en nuestra actualidad dejamos de segundones a quienes aprietan sus zapatos cada mañana, con la incertidumbre que genera la propia vida sin necesidad de ninguna revelación trascendental para salir de tantos abismos verdaderos que nos entorpecen la realidad. Parece que siempre buscamos a cualquiera que pueda ser llamado a la aventura de salvar nuestra existencia mediante la superación de una prueba suprema y conseguir esa bendición redentora para todos. Un esquema mitológico que repetimos diariamente gracias a esa necesidad de autoreconfortarnos con las dádivas o infortunios de nuestros héroes po...