LUZ DE CANDIL
Versaba el poeta palestino Mahmoud Darwish que “mientras piensas en los demás lejos de ti, piensa en ti y di: si tan solo fuera una vela en la oscuridad…” Un deseo tan humanista como reconciliador en estos tiempos donde el olvido juega a la ruleta de las rejillas de la actualidad para dejar paso a demasiada superficialidad anecdótica. Reconozcamos que hemos bajado en exceso nuestra exigencia personal y colectiva para afianzar todos esos vicios informativos donde se ladra la escoria del chascarrillo que envalentona la sinrazón como argumento. Nos estamos acostumbrando en demasía a la opinión malinterpretada como ese derecho a expulsar por la boca, o cliqueando en las redes sociales, cualquier malentendido para merecer a los cuentistas de siempre y engatusar a esa desgana que tanto nos aprieta cada día. Tal vez nos encontremos en una época donde la dignidad de las ideas ha quedado quebrantada por la idiotez de las palabras mal estudiadas, retorciendo tantas interpretaciones que nos alejan del diálogo y el encuentro. Nuestra historia como humanidad siempre ha avanzado desde los límites de ese respeto en la confrontación de ideas y razones, quedando solamente quebrantada cuando la imposición toma la bandera del delirio. Un puntal más en la escalada conspiranoica donde siempre engrandecemos enemigos para saquear la tolerancia y el respeto. Tanto es así que facilitamos el exabrupto contra unos u otros con el aliciente de conseguir seguidores por encima de nuestra cara. Una inquietante manera de pensar en los demás, siempre lejos para seguir cegando nuestro mirar con el foco de la soberbia.
Nos queda un largo camino para hacer una limpieza de clandestinidad desorbitada y resolver excesivos entuertos entre unos y otros. Tal vez deberíamos empezar a reconstruir lo que somos, desmantelando la deshumanización constante del contrario y barajar las posibilidades de las bondades diferentes. Una expectativa insuficiente para esta actualidad sembrada de opiniones que desmerecen las realidades colectivas. Mientras tanto, tal vez la prudencia y la deferencia puedan ser la estrategia para este mundo que tanto acecha impasible a la polarización vacía de candiles por donde reflexionar una esperanza para mañana.
Puedes escucharlo en @lavozsilenciosaradio
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