VASALLAJE FELIZ

Febrero siempre cuenta en corto; como mucho, en su formato bisiesto, llegamos a un día más. La geopolítica actual ha quedado exhausta en esta guerra de exabruptos mañaneros de las nuevas formas del conocido inquilino de la Casa Blanca. Y tal como decía George Orwell, “ver lo que está delante de nuestros ojos, requiere un esfuerzo constante”, y reconozcamos que justamente en la constancia tenemos nuestro purgatorio. Hace décadas jugábamos a esa mundialización feliz de todo lo que nos rodea. El feedback socioeconómico, demográfico y cultural reivindicaba una nueva forma neoliberal de la estrechez económica por la oportunidad de crecer en todas las direcciones. Era el momento de repercutir espacios para seguir en la carrera de la monetización expansionista de cualquiera hacia cualquier lugar. Ese boyante futuro que encerraba doctrinas viejas para sobreponerse de sus propias crisis. Quedaban alejadas las teorías imperialistas de hace ya casi dos siglos para repartir de otra mane...