EL HÁBITO OLVIDADO
.jpg)
Afirmaba Aristóteles que “si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir”. Y ciertamente, la combinación de estos cuatro verbos activos es la máxima de cualquier relación social o política para una buena alianza de respeto y equilibrio. Por desgracia, nada de eso forma parte de las estrategias comunicativas actuales, en las que se diversifican los epítetos y simplificamos lo sustancial. Entramos en una semana medianamente relajada que, haciéndose esperar, nos dejará algo más de tiempo para redimirnos del absoluto pandemónium internacional de estos meses donde, a pesar de tanto bullicio, seguimos en la misma casilla de salida. Una vez más, quienes van de salvadores de demasiadas cosas nos dejan en el estercolero despreciable de la rivalidad geopolítica con la que seguir abaratando la vida ciudadana. Reconozcamos que más allá de la política comunicativa del shock diario, el p...