EL MERCADILLO DE LA ATENCIÓN
Decía el estoico Epícteto que “ el que cree que lo sabe todo es incapaz de aprender ”. Algo que parece que nos viene al pelo en estos tiempos de renuncia por intentar sacar la cabeza de este amasijo de canales de información y desinformación que tanto gusta señalar a los propios medios de comunicación como el origen de cada uno de nuestros innumerables males. Una actitud que retrata el respingo al que sometemos nuestras propias responsabilidades en este quehacer de la política por derecho y refrendo democrático. Reconozcamos que de tanto debatir sobre la coherencia de nuestro sistema, hemos terminado arrastrados en este desasosiego pueril sobre la igualdad en la ineptitud y la simpleza para desprestigiar hasta nuestra responsabilidad personal. Olvidamos todo lo que este país ha conseguido a golpe de demasiado esfuerzo individual y colectivo, aupando entre todos una democracia que queda perdida en la frágil memoria de nuestra propia historia. Parece que nos hemos instalado en la he
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